La faixa del xiquet
Buenas
tardes, amigos:
Estoy muy
ilusionada con este proyecto de la blogosfera, donde hablo de esa indumentaria
valenciana que tanto me apasiona.
A los pocos
días de hablar del torrentí, llegó a
mis manos esta magnífica fotografía de mediados de los 50, con una historia muy
especial que he corroborado con diferentes fotógrafos de prestigio.
En aquellos
tiempos, no todos los ciudadanos podían hacerles trajes de valencianos a sus
hijos; la economía no lo permitía. Sin embargo, los estudios fotográficos, tenían a disposición
de sus clientes: una peluquera y una costurera. Amén de varios trajes con los
que engalanarlos para la ocasión.
Como es
lógico, los retratos que incluían estos servicios, tenían un costo más elevado.
Pero, ¿qué padres no trabajan hasta la extenuación para vestir a sus hijos en
las Fallas? Y, ¡he aquí, el espléndido resultado!
Mª Amparo
luce un traje de seda bordada muy primoroso. Tanto la largaria de la falda como
el vuelo, son acertados. Lo mismo sucede con el peinado de raya al medio y
ondas. Los topos son de un tamaño correcto y sin sobresalir en exceso; igual
que la peineta. La nota de la época, la marca la lazada trasera estilo
mariposa, sujeta en la espalda por alfileres, preferiblemente de cabeza blanca.
No le falta ningún detalle: hasta lleva abanico. Es decir, va muy bien
vestida; similar a los trajes que usan las FMV el día de su exaltación:
Ignacio va
vestido con un hermoso torrentí en raso verde, cuya chupa recuerda a la que posteriormente
se utilizó durante la etapa del uniformismo. Algo similar sucede con el ancho
de la faja. Además, porta barret, calcetines
y espardeñes; bien atadas a la pantorrilla para que no se caiga la cinta. Como
nota destacada, señalaremos la estampación floral de la faixa. Es
obvio, que las faixas, en muchas
ocasiones, eran mocadors o incluso trozos de tela,
utilizados para tales menesteres. Algo que hemos visto a lo largo de la historia, gracias a
los lienzos costumbristas valencianos. Por ejemplo, en El Mercado de la Lonja de la Seda de Valencia, que el pintor
Bernardo Ferrándiz Badenes realizó en 1875. En un primer plano, aparece un
valenciano reposando con faixa estampada afín a la de Ignacio:
Como dato anecdótico
en la pareja de valencianitos, subrayaremos que se aprecia que el dobladillo de
la falda está arreglado para la altura de la niña. Algo similar, sucede con las
mangas del niño (más anchas de lo habitual). Por lo demás, fetén.
En la
actualidad, las faixas de caballeros y niños, son lisas, rayadas y, ¿cómo
no? Floreadas. Hay que
tener en cuenta, que la documentación histórica a cerca de la indumentaria valenciana
dieciochesca, es exigua. Nuestros
eruditos, comenzaron a tratarla e
incluso a investigar sobre ella, mayormente, pasados los 80:
No obstante,
no debemos creer que solo vestían bien los
acaudalados y los trabajadores que alquilaban por unas horas los atavíos para
posados fotográficos. Os dejo algunas imágenes en las que, igualmente, los
trajes son extraordinarios. Algo muy diferente sucedió en las décadas
posteriores, donde se impuso la moda internacional sobre la tradicional y
surgieron esos acoples minifalderos de los que ya hemos hablado y seguiremos haciéndolo.
Os diré por experiencia propia, que la documentación histórica es escasa. Si bien,
los grupos de baile, por lo general, han seguido la tradición.
Las estampas
siguientes, muestran a una mamá que encargó para su hija, unas manteletas idénticas a las
suyas:
Para curiosos como yo, diré que existe una cita de Fray Luis de León (siglo XVI), donde
nombra como prenda imprescindible en la indumentaria española, una banda de
más de dos metros de larga y anchura entre 25 – 35 centímetros de lana, algodón
o seda, que se ajustan los hombres al torso. Calderón de la Barca (siglo XVII),
cita textualmente: “Els homes con jo, s’han de cenyir amb la faixa”. A partir del siglo XVIII, se nombra la faixa como complemento del vestuario masculino valenciano. Detallándose que podía confeccionarse en telares especiales o en casa; para el trabajo solían ser de algodón en un solo color: negras, rojas, azules... Mientras que para mudar, se empleaban lanas finas o sedas estampadas formando espigas, rayas, pequeños rombos, flores...
Copia entrañable de mediados de
los 50, donde dos falleras vestidas de valencianas, bailan. Todos los trajes femeninos de
esta entrada son hermosos e incluso análogos al que llevaba Amparín, la protagonista
de El Palleter.
Un
abrazo muy fuete. Y, ¡hasta la próxima!
Marian
©Marian Genovés
Fuentes:
La evolución de la indumentaria valenciana desde finales del siglo XVIII hasta
nuestros días – primera parte. Llibret de la Falla del Mocador de Sagunto, 2008.
Por Marian Genovés.
Las
imágenes que aparecen, están cedidas de colecciones particulares, de nuestras
amigas Mª Amparo Caña y Amparo Vilar. Junto
a otras tomadas de la red.
Redacción,
Anna Genovés