Blog sobre la historia y la evolución de las tradiciones valencianas

domingo, 11 de octubre de 2015

A propósito de les lligacames…





 A propósito de les lligacames…
Buenas tardes, queridos amigos:
Últimamente he publicado varias entrada dedicadas al hombre, y, me he dicho a mí misma: «Marian, ¡ya está bien! Ahora toca hablar de la mujer». Pero, voy conversar de les lligacames; una prenda utilizada por ambos sexos de la que podríamos hablar extensamente por el significado tan amplio de las mismas. Las lligacames más antiguas estaban confeccionaban por un cordón o cinta, de 1 a 1’50 metros, que se anudaba o enlazaba por debajo de la rodilla y que sujetaba las medias para que no se cayeran. Solían ser de seda, algodón, hilo, lana o punto de aguja. Además, podían llevar bordados: peces, estrellas, pájaros, llaves; frases amorosas o el nombre del propietario.
Las láminas siguientes, nos revelan que, a partir del siglo XVIII, les lligacames, fueron un complemento de uso común entre muchos valencianos. Dependiendo del trabajo que tenían y de dónde vivían, se confeccionaban de una u otra forma y del tejido apropiado a la climatología.



Pero, ¿cuál es su verdadero origen…? Ciertamente, es difícil de concretar, si bien, son muchas las historias que han llegado a nuestros días sobre esa pieza que, actualmente puede llevar la mujer en el día a día, y que ha sido signo de coquetería o suerte durante siglos... Por ejemplo, las que usan las novias, cuya tradición se remonta al siglo XIV francés y que hogaño sigue vivo. Este retrato es posterior, sin embargo, muestra perfectamente cómo una dama aristócrata intentaba anudarse su lligacames verde.


Sigamos con la leyenda… En el Medievo, tuvieron connotaciones fantásticas. Se hablaba de las ligas mágicas que hacían los magos para recorrer largos trayectos sin cansarse y a toda prisa. Otra curiosidad nos habla del nacimiento de la nobilísima orden de caballería de la Jarretera o Garter allá por el siglo XIV, cuando una dama inglesa bailaba y se le cayó una de sus ligas; un príncipe la recogió y la tomó por compañera, así nació dicha orden. Es curioso porque a les lligacames utilizadas por la burguesía, nobleza y aristocracia, más barrocas, como la que nos acompaña, se les denominan jarreteras o charreteras.
Antaño, se sujetaban mediante hebillas. Como este cuadro de Enrique VIII, donde parece una charretera atada en el lateral por lo que parece una hebilla; no se ve con claridad.
Cerniéndonos al territorio nacional, sabemos que nuestros abuelos llamaban a les lligacamenes de distintas formas: ligagambas, atapiernas, jarreteras (sobre todo  entre militares o la nobleza/aristocracia), y apretaderas. Hoy por hoy, es una prenda habitual en ambos sexos con un repertorio de frases peculiares, adornos, terminales y tejidos, muy diferenciados como veremos seguidamente en esta pequeña muestra de lligacames actuales. Cada persona, conforme a su personalidad, elige…
Lligacames con frases amorosas como: «Ni me vendo ni me doy ― Sólo de mi dueño soy». «Soy el que te idolatra ― Hoy veo que me engañabas». «Qui fins açi arribá ― El çels alcançá». «La risa de mi morena ― Alivia todas mis penas». «Viva mi dueño ― Viva mi amo»...
O como las siguientes, hechas a mano con punto de aguja.
Unas muestras de lligacames actuales personalizadas...
Para que no se diga, una lligacames femenino lucido por una valenciana:
Y otros, llevados con medias de colores:
El siguiente, tiene historia: es un original:
   
Para finalizar, una panorámica magnífica de lligacames actuales...
Espero que os haya gustado. Disfrutad de lo que queda del puente.
Un abrazo para todos, Marian

© Marian Genovés

Fotografías de las colecciones privadas de  Marian Genovés o tomadas de la red.
Redacción y fotomontaje, Anna Genovés

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