Blog sobre la historia y la evolución de las tradiciones valencianas

sábado, 25 de abril de 2015

La indumentària d'un poble, un signe d'identitat – V


LA INDUMENTÀRIA D'UN POBLE, UN SIGNE D'IDENTITAT – V
La década de los 50
 
Buenas tardes, amigos. En esta ocasión, estoy con vosotros para mostraros esta nueva entrega de LA INDUMENTÀRIA D'UN POBLE, UN SIGNE D'IDENTITAT. Este quinto capítulo, abarca la década de los 50. Abriremos y cerraremos con las FMV de 1950 y 1959, respectivamente.
 
Esta década, está repleta de momentos divertidos y, otros, entrañables e incluso trágicos, que veremos a lo largo de las fotografías…



En las siguientes instantáneas, maravillosas y afectivas, vemos a una comisión fallera, incluida su Fallera Mayor, donando comida a los pobres. Se aprecia la indumentaria oscura y roída tanto de los mayores como de la chavalería. De esos mismos años, una presentación fallera y diversas imágenes. En todas sucedes lo mismo… Mujeres de negros, falleras con trajes largos, mandiles cortos, niños falleros mayoritariamente ataviados de torrenti. Y hombres con traje de calle, incluso con  gabán o abrigo.




El traje que utilizaban las falleras, niñas y mujeres en general, llevaba todo tipo de complementos y la confección era bastante más minuciosa que en años anteriores. Los delantales eran más bien cortos para las faldas tobilleras que lucían. Una curiosidad que tomó fuerza en esta década, fueron los lazos traseros excesivamente largos que se dieron a conocer con el nombre de lazos mariposa por el paralelismo con las alas de estos hermosos insectos; mayormente,  sujetos con alfileres de cabeza blanca. Los peinados, solían llevar tres topos con ondas en la parte delantera y raya al medio.



Como anécdota graciosa, este retrato de 1955, donde las señoritas van ataviadas para un acto religioso porque llevan ramo de flores, mantilla y corpiños de manga larga (posiblemente, incluso fuera la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, por las personas emplazadas en las aceras –sentadas y de pie—), exhibiéndose sobre Vespas; señal de la importancia que supusieron en su momento estas motocicletas italianas. Los acompañantes, todos, trajeados y solmenes. Esos sí, con pajarita o corbata, chaleco claro o sin él. En fin, los hombres iban vestidos con los trajes de los domingos, cada uno  a su manera…
 
Pero antaño, existían muchas fiestas populares y religiosas que fueron desapareciendo por el arraigo del las Fallas. Una de ellas era la que se celebraba en las calles del barrio de Ruzafa en honor a la Virgen del Carmen. Había xocolatà con panquemado, representaciones artísticas, puestos de mercado  y cabalgata con caballos engalanados, para los vecinos. Este retrato la recoge…
Pasado el primer lustro de los 50, aparecen mozuelos incluso caballeros, vestidos de torrenti
 
 

Tras la riada de principios de octubre del 1957, las Fallas estuvieron a puntos de no celebrarse. Pero en una junta extraordinaria de finales de año, las comisiones falleras votaron para que se plantaran. Se llamaron las Fallas de la Gratitud porque todas las regiones de España contribuyeron económicamente para que se realizaran y los valencianos recuperaran el ánimo perdido. La corte de honor de la FMV de 1958, señorita Encarnación Amorós Lluch, se compuso de una joven de cada región del país.

 




En esta década, comenzaron a verse trajes preciosistas que cuidaban con esmero hasta el último detalle, como muestra la imagen anterior, donde una radiante joven, luce una verdadera joya.

 
Amigos, y esto es todo por hoy. Hasta la próxima. Un abrazo, Marian
© Marian Genovés
Abril de 2015
Imágenes cedidas de colecciones privadas o tomadas de la red.
 

Ampliación septiembre de 2015
Como vemos en esta imagen aportada por las hermanas Vicen y Rosa Company Méndez en septiembre 2015. A principios de los 60, seguían utilizándose los lazos mariposa.
Abrazos, Marian
 
© Marian Genovés
Fotografías de las colecciones privadas de las hermanas Company Méndez.  Marian Genovés
              Redacción y fotomontaje, Anna Genovés

 
 
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sábado, 18 de abril de 2015

Peinados de valenciana o de calle utilizados por las falleras


 
Peinados de valenciana o de calle  utilizados por las falleras
Los peinados que acompañan a las falleras, son realmente especiales. Vemos a niñas, señoras y señoritas con un solo moño, o con un moño trasero y dos rodetes laterales. Generalmente, con raya al medio. Iremos por partes…
 
Dichos recogidos están muy elaborados porque siguen la tradición de antaño. En la antigüedad, las mujeres solían llevar el cabello muy largo porque apenas se lo cortaban durante sus vidas. Por lo tanto, tenían que ideárselas para recogérselo en la cabeza de la forma que más les favoreciera. De ahí, los bucles, caracoles, cardados, ensortijados, estirados hacia atrás, ochos, ondas, trenzas… con la consecuente utilización de agujas, horquillas, peinetas y un sinfín de complementos para sujetarlo.


Como norma habitual, el tocado femenino del siglo XVIII para el trabajo, era una tranza suelta o un moño bajo. En acontecimientos especiales, se llevaba un topo más grande y elaborado, con el entramado en forma de ocho. En el siglo XIX, comenzaron a usarse los tres moños, costumbre que hemos adoptado, mayormente con raya al medio, en los peinados de nuestras fiestas Josefinas. Algo que hemos observado en las imágenes mostradas desde el inicio del blog.
Lo curioso es que siempre existen excepciones, como se aprecia en el retrato siguiente, realizado hacia 1888 por el fotógrafo Antonio Esplugas. La señorita de la instantánea, lleva tres topos y raya al lado. Igualmente, la fotografía siguiente, es de una joven actual con un solo moño y raya lateral. En la última imagen, una ilustración que hizo Gustave Doré en 1863, donde aparece una anciana valenciana con un solo moño y el cabello retirado hacia detrás. A las mujeres nos gusta vernos guapas, antes, ahora y suponemos que en el futuro sucederá lo mismo: somos coquetas por naturaleza.


 
Otra curiosidad muy especial que se ha perdido con el paso del tiempo, es esta apreciación que decía mi madre, modista desde niña y amante de las tradiciones valencianas: “Moño es el recogido bajo, y topo, el alto”.
 
Un abrazo muy fuerte y gracias por seguir mis pasos, Marian
 
P.D. El finde próximo, la quinta entrega de LA INDUMENTÀRIA D'UN POBLE, UN SIGNE D'IDENTITAT.


Ampliación 2015-09-27

En estas seis imágenes aportadas, en su mayoría, por las hermanas Vicen y Rosa Company Méndez en septiembre 2015. La variación en los peinados lucidos por las valencianas, no se limita a la raya en medio y el cabello estirado, sino que, por uno u otro motivo (ya fuera porque lo utilizaban nuestras antepasadas o por ser una mixtura con la moda Internacional cuyo énfasis primigenio tuvo lugar, sobre todo, a partir de la posguerra), es variado desde siglos pasados… Y por tanto, nos guste o no, forma parte de la historia contemporánea de Valencia.
 





 
Con cariño, Marian
© Marian Genovés
Fotografías de las colecciones privadas de las hermanas Company Méndez, Marian Genovés e Internet.
Redacción y fotomontaje, Anna Genovés

 
 
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domingo, 12 de abril de 2015

La indumentària d'un poble, un signe d'identitat – IV


 
La indumentària d'un poble, un signe d'identitat – IV
Recopilación de imágenes
 
Buenas tardes amigos. En esta nueva entrega de La indumentària d'un poble, un signe d'identitat, como todavía son fiestas, aligeraremos las palabras y recrearemos la vista…
Os dejo un amplio archivo de imágenes desde principios del siglo XX hasta 1950, haciendo hincapié en la indumentaria femenina. Apreciareis los cambios que ha sufrido nuestra indumentaria tradicional valenciana a lo largo de los años. Faldas con más o menos vuelo y largaria, manteletas y peinetas chiquitas o grandes, mangas de farol muy huecas o todo lo contrario y un largo etcétera... No existe prenda o complemento que no haya sufrido los avatares de la moda y la economía de cada periodo. Algo que sólo es posible comprender mediante la documentación que ha llegado a nuestros días. En este caso, por medio de los retratos.



Tal y como dejé entrever en la capítulo anterior, Pepita Samper (belleza valenciana y española, el equivalente a Miss… en los concursos de belleza actuales), es el precedente inmediato de la figura de la Reina Fallera. Tras la república del 14 de abril de 1931, dicha distinción pasó a denominarse Belleza Fallera. Y, en 1933, fue otorgado el privilegio de Fallera Mayor. Nombre que recogió por primera vez, la señorita Elionor Aznar Carceller a la que vemos en varias instantáneas con una traje de valenciana bastante atípico, a caballo entre la moda internacional y las tradiciones.
 
 
 







 
Entre los años 1937-1939 la pesadilla de la Guerra Civil, hizo que no se celebrará la fiesta fallera ni se eligiera FMV. A posteriori, los valencianos y sus comisiones falleras, han recogido en la figura de una mujer, las emociones y sensibilidades de nuestra tierra. Pero, no hay que olvidar que, Pepita Samper, marcó un hito sin precedentes: recoger en su persona el sentir valenciano. Algo que ha pasado, año tras año, en la figura de la FMV desde entonces a la actualidad. Asimismo, esta dama tan querida por los valencianos que cariñosamente llamaron “la guapa”, significó el protagonismo de la mujer dentro de las comisiones falleras. Logro femenino que otorgó un cierto poder en las señoras y señoritas que formaban las comisiones falleras. De tal modo que fueron elaborando el traje que las iba a representar en las fiestas Josefinas. Y que, en la actualidad, ha evolucionado hasta el traje de valenciana con manga afarolada que las lucen las FMV en su exaltación. Nunca debemos olvidar que, gracias a nuestras fiestas falleras, la indumentaria tradicional valenciana sigue viva.
 
 
 

 
 
Conjuntamente, a los valencianos nos gusta indagar en las tradiciones de antaño para descubrir todo cuanto podamos de nuestros antepasados. Todo el saber que he recopilado desde 1977, lo compartiré con vosotros a lo largo de las sucesivas entradas que publique en este blog. El vuestro: Els guinyols – el arte de la costura.
¡Que paséis una Pascua de San Vicente Ferrer, maravillosa! Seguro que, el patrón de la Comunidad Valenciana, nos otorga felicidad.
Un abrazo, Marian
P. D. Vuelvo en unos días. Lo próximo, ¡sorpresa!
 
©Marian Genovés
Abril 2015
 





 
 
 
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