El renacimiento de la indumentaria del siglo XVIII en las Fallas
Buenas
tardes, queridos amigos y lectores. En esta publicación voy comentar varias imágenes
de entradas anteriores, haciendo hincapié en las prendas que llevan puestas los
modelos. Algo necesario para el tema tan maravilloso que tratamos: El renacimiento de la indumentaria del siglo
XVIII en las Fallas. Unas fiestas populares en honor a San José carpintero,
conocidas en todo el mundo.
Sin
duda, la señorita Carla Muñoz Antolí-Candela, FMV en el año 1991, marcó un
antes y un después en los trajes que lucimos en las fiestas josefinas. En los retratos
siguientes, cedidos mayormente por su mamá para un desfile benéfico que hicimos
en el Alameda Palas durante los meses de su reinado, se aprecia que sus trajes tenían
un aire diciochesco que sirvió como catapulta para el restauración de La Indumentaria tradicional valenciana.
El
hito que marcó la FMV de 1991, se extendió por las comisiones falleras como la
pólvora, y, con más o menos fuerza, dio paso a dicho florecimiento. Fueron años
de transición en los que todavía no diferenciábamos muchas de las prendas del
s. XVIII ni tampoco sus complementos o, incluso los peinados apropiados para
estos ropajes desempolvados de los baúles de nuestros tatarabuelos: un
solo topo; que, indudablemente, cada valenciana lo peinaba a su gusto
para verse lo más favorecida posible. Algo que observaremos en algunas de las
fotografías que nos acompañan.
Las
primeras, son del desfile-exposición que, Els Guinyols, realizó en la Gallera
de Alzira, mostradas en la entrada anterior.
En
la primera, aparece la señorita Mapo (componente del grupo de baile Alimara),
luciendo una basquiña del s. XIX; por tanto, va peinada con tres topos.
Acompañada por Rafa, vestido con una brusa
o blusón de la misma época y un calzón por debajo de la rodilla del dieciocho.
¿Por qué? Os preguntaréis. Porque la moda no se instala de un día a otro, sino
que lo hace de forma paulatina. Por este motivo, a veces, usamos unas prendas
más modernas que otras.
En
la ilustración venidera, aparecen dos señoritas con trajes dieciochescos, ambas
con un solo moño trabajado de distinta forma: algo muy particular que decide la
persona que lo lleva. El traje coral de seda brocada (muy afrancesado), lleva manteletas
bordadas al tono, y correspondería a un atavío de la alta burguesía. El traje
verde-morado (pintado a mano), lleva un lazo trasero o flock bordado y una falda con farfalar;
es un traje de gala.
Esta
hermosa imagen de la escalinata principal de la Gallera de Alzira, nos muestra a
un grupo de valencianos que participó en el desfile. En primer lugar, hay un
trío de niños; el chavalillo va vestido con un traje del uniformismo fallero. Las dos niñas, que eran Falleras Mayores Infantiles,
portan los trajes de sus Exaltaciones. En el segundo escalón, una jovencita con
mocador de cap vestida con un traje
de trabajo de algodón rojo; delantal largo, sombrero y espardenyes. Detrás, dos mozos bien parecidos con calzón por debajo
de la rodilla y chupa de terciopelo; uno con rodina. El otro con barret y escapulario en el cuello.
Junto a él, una señorita con un traje verde del s. XVIII, engalanado por un
estilizado jubón de manga larga. Un poco más arriba, avistamos a una señorita
luciendo un precioso traje blanco con aderezo de coral; muy propio del Mediterráneo.
Esta impronta de principios de los 90, corrobora que, Els Guinyols, fue un
comercio pionero en la recuperación del vestuario de nuestros antepasados.
En
el posado de esta bellísima instantánea, aparece una señorita y una pareja de
niños. La joven luce una reproducción de un jubón original, junto a una falda
de terciopelo estampado con realce. El niño lleva una negrilla sobre el
saragüell; chupetí y complementos. La niña va vestida de labradora en un día
festivo –peinada con un solo moño—, con justillo y camisa de manga afarolada
(posiblemente, inspiración de la manga de farol que lucimos en el corpiño del traje típico de las Fallas).
Para
aclarar de dónde vino la moda de la manga afarolada, os dejo varios cuadros que
el pintor José Mongrell realizó entre finales del XIX y principios del XX.
Por otro lado, no podemos olvidar que en
nuestra indumentaria existen dos vertientes muy significativas:
Traje típico de valenciana: el que se utiliza en nuestras fiestas falleras, conocido como oficial. Confeccionado a partir de piezas tradicionales e identificativo allá dónde vayamos, incluidas las provincias de Castellón y Alicante. Las prendas del traje se acomodan según las costumbres, evolución de cada época, moda del momento y gustos de los usuarios; aunque se luche para que sigan fieles a sus orígenes, no siempre se consigue. Pese a ello, toda manifestación de indumentaria valenciana forma parte de nuestra Historia Contemporánea.
Traje típico de valenciana: el que se utiliza en nuestras fiestas falleras, conocido como oficial. Confeccionado a partir de piezas tradicionales e identificativo allá dónde vayamos, incluidas las provincias de Castellón y Alicante. Las prendas del traje se acomodan según las costumbres, evolución de cada época, moda del momento y gustos de los usuarios; aunque se luche para que sigan fieles a sus orígenes, no siempre se consigue. Pese a ello, toda manifestación de indumentaria valenciana forma parte de nuestra Historia Contemporánea.
Traje
tradicional de valenciana: el adoptado
en las Fallas siguiendo la historia y tradición que, basada en el siglo XVIII,
comprende un largo recorrido histórico con
origen en la aristocracia, burguesía y pueblo llano de dicho siglo. Este traje debe
ser fiel a sus raíces para mantener las esencias de antaño.
En
la representación próxima, un singular posado: un trío de jóvenes. Él con negrilla
sobre el saragüell y chupetí bajo la
chupa; faixa y complementos. La joven de celeste, lleva un traje tradicional de valenciana del s.
XVIII, peinada con un solo moño y raya al lado. La señorita con el vestido
morado, luce un pulcro traje típico de
valenciana; peinada con tres topos.
Bibliografía
La Indumentaria Tradicional Valenciana de Francesc Xavier Rausell Adrián.
Apuntes de Marian Genovés.
Fotografías de las colecciones privadas de Carla Muñoz Antolí-Candela, Marian Genovés o tomadas de Internet.
Redacción y fotomontaje, Anna Genovés.
P.D. No os olvidamos
Como curiosidad,
estos retratos de bunyoleras de la
primera mitad del s. XX y uno de Marta Agustí con un traje de indiana, de
2009. En los cuatro, las señoritas y señoras, van con un solo moño
peinado de distintas formas; seguramente porque se veían más guapas o por
influencia de la moda internacional en
las tres primeras. Algo que tomó arraigo y sentó las bases en décadas
posteriores.
Para
finalizar, estas reproducciones de trajes dieciochescos de caballero; surtidos
por pantalones por debajo de la rodilla, chupetí
bajo chupa y capa; complementos y filigranas. Eso sí, negros… Es inevitable
compararlo y pensar en el exhibido durante la época del uniformismo fallero. Si alargamos los pantalones y quitamos los chupetís… ¿ya me diréis…?
Está
claro que la historia se reescribe constantemente y que los errores son
inevitables, máxime cuando la documentación es escasa. No obstante, cada
persona puede vestir, dentro del nutrido guardarropa de nuestros mayores, como
más le agrade. Lo verdaderamente importante es que las parejas luzcan galas de
la misma época y, por supuesto, no mezclar estilos.
Hasta
la próxima. Ahora, ¡a disfrutar de la tarde del domingo! Aunque sea negra porque
todos somos Francia. Besos, Marian
©Marian Genovés
Bibliografía
La Indumentaria Tradicional Valenciana de Francesc Xavier Rausell Adrián.
Apuntes de Marian Genovés.
Fotografías de las colecciones privadas de Carla Muñoz Antolí-Candela, Marian Genovés o tomadas de Internet.
Redacción y fotomontaje, Anna Genovés.
P.D. No os olvidamos